MEMORIA VIVA

Oda y despedida a LUIS ENRIQUE ATEHORTÚA

Silletero, músico, compositor, escritor, pero sobre todo un ser entrañable, una persona incomparable por su calidad humana dada su condición de campesino, por tanto de un hombre que amaba la tierra que pisaba en la que trabajaba cotidianamente con su azadón para intercambiar, como siempre, su corazón sensible y su espíritu romántico con los frutos que ese terruño le brindaba igualmente con amor, cada vez que él la coqueteaba.
Su casa en el Cerro probablemente le quedaba corta, pequeña (en su fuero interno), quizá por eso soñaba constantemente con nuevos firmamentos conforme latía su corazón alegre.
Por eso escribía, guitarreaba y creaba temas que los volvía canciones, como el icónico homenaje a la cultura silletera a partir de su propia experiencia rememorando a los abuelos, respetuoso como siempre de las mujeres, de los mayores y sus sabias enseñanzas que le transmitieron inicialmente a través de la narración oral y que él recogería para darle su propia versión musical, interpretativa y espíritu esencial a lo que hoy conocemos como Feria de Flores, que crece constantemente en su proyección hacia el orbe.
Así surge el himno silletero que es coreado e interpretado por todo antioqueño que lo siente como propio, identificándose y apropiándose de la cultura silletera que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y desde tiempo atrás, embajadora antioqueña y del país a nivel internacional, orgullo colombiano, objeto de miles de visitas a las distintas fincas silleteras de todo el corregimiento y territorio de Santa Elena, cuna de los famosos «floreros» de antaño, antes que pasaran a ser reconocidos oficialmente en el mundo entero, como «silleteros».
Enrique contaba con luz en sus ojos (recordando aquellos tiempos pasados), que él era feliz escuchando que los llamaban: «floreros» como a todos los santaelenitas con sus silletas a la espalda, por esos días. Así los reconocían entonces (años 50s-60s) cuando arribaban al sector comercial del centro de la ciudad de aquella época, conocida como Guayaquil, para posteriormente pasar a engrosar el desfile que como tal recorrería las principales calles de Medellín, partiendo del sector del Teatro Pablo Tobón Uribe, cercano a la placita de Florez, lugar de llegada actual que les es cercano y familiar a donde concluye su desplazamiento desde la ruralidad a la ciudad, para la comercialización de las flores que adornarán un sinfín de espacios y que con seguridad harán suspirar a más de una dama local.
Tu herencia Enrique es todo un legado de amor por tu entorno, por tu Carmen, por tu gente, por tu cultura campesina y silletera, por todo lo que te rodeaba, regocijándote constantemente con cada detalle de la vida a la que amabas y la homenajeabas diariamente, porque te entregaste con alma, vida y corazón a todo lo que significara tierra, seres, flores, arte, cultura, literatura.
Gracias por todas tus enseñanzas, por tu enorme paciencia, por tu hermoso espíritu, por la grandeza de tu generoso y sencillo corazón donde guardabas toda la dignidad del hombre rural que no la cambiaste por ningún rascacielos ni por ningún agasajo recibido a lo largo de tu ejemplar vida creadora, participativa y aportadora constante.
Gracias Luis Enrique, vuela libre ya en tu viaje a la música celestial infinita, desde donde nos aguardarás para acompañarnos y guiarnos el momento que nos unamos contigo para regocijarnos entre las estrellas, al canto de: “Silletero, silletera”…
MEMORIA VIVA
VIDEO DE SANTA ELENA ONLINE EN HOMENAJE A NUESTROS SILLETEROS DE SANTA ELENA
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, los Invitamos a disfrutar este vídeo.